Ottis Toole, El caníbal de Jacksonville
Cuando Ottis Toole, apodado el caníbal de Jacksonville cumplió 5 años de edad, su madre compró un vestido de niña y lo obligó a usarlo. Luego, excitada, procedió a abusarlo sexualmente.
Su padre había estado emborrachándose, como todas las noches, en el bar de la esquina. Entró a la casa y escuchó ruidos, que confundió con llantos de dolor de su pequeño hijo. Abrió la puerta y los encontró en el acto.

Todavía sin comprender bien lo que estaba pasando, se retiró la correa y golpeó salvajemente a Ottis y a su madre.
Se detuvo solo por el cansancio, a punto de matar al niño.
Se quedó dormido sin llamar a una ambulancia y fue la madre, quien aun herida por la golpiza, sanó las heridas de su hijo.
A la mañana siguiente, el padre estaba tratando de entender lo que había visto. Lleno de vergüenza se lo contó a un amigo del bar. Este, sin juzgarlo, le dio una idea: «¿Porqué no alquilas a tu hijo?»
Los siguientes cinco años de la vida de Ottis Toole fueron una pesadilla. Fue abusado sexualmente por varios amigos de su padre, a cambio de monedas para comprar tequila.

A los 10 años de edad, Ottis había sido violado tantas veces que sufría serios problemas mentales, incluidos esquizofrenia y epilepsia.
A esa edad dejó el colegio y nunca aprendió a leer.
Se escapó a vivir con su abuela, la única persona que lo cuidó y le dio cariño, pero que a la vez, lo involucró en un culto satánico. Ahí Ottis aprendió a asesinar y quemar animales callejeros.
A los 14 años vagabundeó por el sur de Estados Unidos, vendiendo su cuerpo y robando a conductores para poder comer.
Según su propio testimonio, asesinó a muchos de estos conductores, pero la policía nunca pudo probar sus declaraciones.
A los 21 años asaltó un salón de belleza. La mujer que atendía el negocio estaba a punto de cerrar las puertas. Ottis la amarró y procedió a abusarla repetidas veces.
Luego lanzó gasolina sobre su cuerpo, la encendió y empezó a masturbarse mientras la veía arder.
La mujer sobrevivió, pero con quemaduras severas. Gracias a su testimonio la policía pudo tener una identificación de Toole. Pero presiones políticas obligaron a la policía a arrestar a otro hombre, para sacarse el caso de encima.
Ottis Toole continuaría con sus asesinatos, viajando por todo el país junto a otro asesino y caníbal, Henry Lee Lucas, quien le enseñó a comerse los cuerpos y con quien mantuvo una relación amorosa.
Una transcripción de una llamada privada hecha en la penitenciaría captó a Ottis «el caníbal» diciéndole a Lucas:
«¿Te acuerdas cuando les sacaba sangre? A veces sabía a carne de verdad si le ponía salsa BBQ encima.»
Juntos proclamaron haber matado a más de 3000 personas. Muchos estudios recientes alegan que la policía los usó para deshacerse de casos «difíciles» y que el número de asesinatos es mucho menor.
OTTIS LE DIJO A UN PERIODISTA QUE LE GUSTABA CONFESAR CRÍMENES PORQUE LOS POLICÍAS LE DABAN HAMBURGUESAS Y ERAN LOS ÚNICOS QUE LE PRESTABAN ATENCIÓN.
Murió en la cárcel de cirrosis, producida por el alcoholismo que lo atacó desde su infancia. Tenía 49 años de edad.
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