Tanitoluwa adewumi, el niño africano que jugando ajedrez salvó a su familia de la muerte

A los ocho años de edad, el niño africano Tanitoluawa Adewumi se convirtió en campeón de ajedrez, deporte que le tomó solo diez meses aprender.

La familia de Tanitoluwa estuvo a punto de morir, como tantas otras familias cristianas en el oeste de Nigeria, a manos del grupo terrorista islámico Boko Haram.

El padre de Tanitoluwa logró sacarlos del país y, luego de meses de exilio lograron entrar a Nueva York. Una iglesia les dio asilo pero para mantenerlos, el padre tuvo que conseguir dos trabajos. Alquiló un auto y una computadora y se convirtió en chofer de Uber. Simultáneamente trabajaba vendiendo casas.

Tanitoluwa esperaba a su padre en las noches para pedirle la computadora y se quedaba aprendiendo movidas de ajedrez hasta la madrugada.

Cuando entró a la escuela pública fue admitido en el equipo de ajedrez y ganó su primer torneo contra una escuela privada.

Tuvo que llevar el pesado trofeo por la calle, caminando hasta el asilo.

Su madre, que estaba en la escuela de enfermería, usaba sus periodos de descanso para llevar a Tanitoluwa a clases públicas de ajedrez, en el Harlem.

El periodista Nick Kristof hizo una nota sobre los triunfos de triunfos de Tanitoluwa y tomó fotografías de su vida diaria en el asilo de la iglesia. Al enterarse de su historia y de las condiciones de pobreza y refugio en las que vivía su familia, los lectores de la nota de Kristof, reunieron 200 mil dólares para ayudarlos.

Pero el padre, en lugar de usar el dinero habló con Tanitoluwa y junto a su familia, decidieron crear una fundación de ayuda a los inmigrantes africanos.

Con el sueldo de sus dos trabajos más el trabajo de enfermería de su esposa, pudo comprar un pequeño departamento, un auto propio para trabajar y una computadora para que su hijo pueda practicar ajedrez.